martes, 6 de diciembre de 2011

Obituario al Guerrillero

No mereces menos tumba que todo un país, no mereces menos funeral que toda una guerrilla, no mereces menos cortejo fúnebre que todo un ejército.

UN LAGARTO HIPOTÉTICO -Volumen 1-

Por Alan Moore.
Traducción y adaptación
de Raymundo Rodriguez Alcázar.

La mitad de su cara es porcelana.

Masticando ausentemente las anémicas flores azules que arrancara de la jardinera en su balcón, Som-Som contempla la explanada que conduce a la Casa Sin Relojes. Yace ante ella como un pozo sombrío y pútrido. Los oscuros adoquines, pulidos por incontables pisadas hasta un lustre sin brillo, mas parecen agua que piedra vistos desde aquí. Las venas de musgo hinchando las zigzagueantes grietas entre los adoquines sobre una superficie sin otro adorno, bien podrían ser grumos de nata vegetal prontos a esparcirse y dispersarse con el paso de la primer onda, el primer chapoteo.

NO LA CHIFLES QUE ES CANTADA

Me siento indigno de llamarme Mexicano. Y es triste, porque lo soy y es una de las cosas que más me gusta de mi. Pero el saber que nuestro "Presidente", líder de una nación tan onírica y mágica como México, quiere contagiarnos de silbidos con sus comerciales donde promociona, como jabón, pomada para los hongos o papel sanitario, cualquier mamarrachada con la que justifica su presidencia me llena de tristeza, de honda tristeza. Ya no es cosa de risa, ya no es cosa de caricaturizar al gobernante o de quejarnos de él, es cosa de llorar lo mucho que se ha dejado a nuestro país, a nuestro México querido en manos de pendejos de ese calibre. ¿Dónde está Zapata, dónde está Villa? ¿Dónde en nosotros está el revolucionario anónimo, el que no pasó a la historia pero la hizo? ¿Porqué no nos levantamos, ya no en armas, sino en verdadera protesta como los mártires de Tlatelolco?

¿No te dan ganas de llorar, amigo lector? ¿No sientes asco de seguir chupando el dedo embarrado de atole?

Yo sí y ya me cansé, me cansé de vivir en un México que no me gusta, me cansé de vivir pensado que algún día, algún lejano día estaremos a la par del resto de nuestro universo. Me cansé de escuchar tarugadas enjaretadas a la fuerza de repetición, me cansé de vivir rodeado de miseria y podredumbre, de basura que vale millones pero no nos decidimos a hacer nada con ella... Hoy me levanto, no como mexicano, sino como hombre. Si he de llamarme Mexicano, ha de ser con mayúsculas y y ha de ser digno. Si he de pronunciar MÉXICO, ha de ser con orgullo, no con esta mezcla de asco y lágrimas.

Hoy me levanto y te invito a levantarte.

Ven, hagamos la revolución.

Raymundo Rodriguez Alcázar.

martes, 4 de octubre de 2011

El Ritmo de la Vida

Imagino un escenario amplio, un espacio tridimensional vacio. Y en este espacio, aparece una sección de tierra, un segmento de continente. Miro la tierra que compone esta geografía ante mí. Tierra mineral, rocosa, aceitosa. Emergo visualizándola por completo, observando las vetas, los terrones, granos sueltos de tierra.  Emergo rompiendo su última epidermis, aventurándome a la jungla de céspedes, hierbas y pastos. Surjo y me hermano con cada hierba que se mece al viento, surjo y soy el campo entero, la brisa rodando por los pastizales. Me enredo entre las ramas de un árbol, me escurro por su tronco y empapo su raíz.

martes, 20 de septiembre de 2011

AFTERGLOW

Martes por la tarde, en un sitio de internet público. Mi compañera de mesa, una jovencita con no más de 19 años y tez acariciada por el acné, consulta una página para anoréxicas y bulímicas. No, éste no es un texto de denuncia o crítica, sino de solidaridad.

martes, 13 de septiembre de 2011

Algo Amorfo de Mí

Caí, sin caer en cuenta de que caía. El golpe me resultó más indoloro de lo que hubiera imaginado si me platicaran mi caída. Sólo un sonido seco, quedo, casi mudo, en la base de mi cabeza. Un “Tuck" que todavía me resuena suavemente en el fondo de los oídos. Cuando tenía los ojos abiertos, la luz me cegaba y no podía ver donde venía la pelota. Caminé hacia atrás, rápidamente, sin pensar en otra cosa que contestar la pelota y no dejarle a Guillermo el punto. El último punto. El del empate.

Inicio, Bienvenida, Bienaventuranza

La pluma razgando el papel queda corta en estos tiempos binarios, las ideas fluyen apremiantes como espasmos electrónicos y la inspiración necesita verse volcada al orden de negro sobre blanco, sin interrupciones.

Así termino aprovechando lo aprendido en los tiempos en que la velocidad se llamaba Taquimecanografía, allá en el siglo pasado, acá en el siglo presente. Yemas sobre teclas, cliqueando en borbotones.